Los implantes osteointegrados son una gran solución, pero también una intervención quirúrgica y una inversión económica importante, así que saber si su durabilidad es para siempre es una duda que todos los pacientes quieren tener clara.

Como muchos otros tratamientos, la duración de los implantes depende mucho del caso y del cuidado que el paciente tenga después de la intervención. De todas formas, se puede decir que la tasa de supervivencia (permite una masticación normal y sin dolor) de estos implantes al cabo de 20 años es del 90%.

¿Qué influye en la duración de los implantes dentales?

Podemos resumir en tres los factores que influyen en la duración de los tratamientos de implantes:

-Higiene bucal, sus cuidados y revisiones. Hay que tener unos buenos hábitos higiénicos para evitar la aparición de placa bacteriana, acudir a las revisiones y limpiezas y no fumar, ya que estos son los principales enemigos de la longevidad de los implantes. La encía alrededor de los implantes es muy delicada, por eso hay que tener un cuidado extra con ella para siempre.

-Las características individuales de cada paciente. La duración también depende de la resistencia a la placa de cada paciente, si el paciente aprieta mucho los dientes perjudicando al implante o tener una anatomía que dificulte la limpieza de la dentadura sobre implantes. También influye la calidad del hueso y encía de cada uno, así como enfermedades sistémicas que afecten al mantenimiento como osteoporosis, diabetes, etc.

-El plan de tratamiento y diseño de la prótesis sobre implantes. Un buen dentista creará un tratamiento sólido, empleando materiales de calidad, con el mejor diseño y adaptado al 100% a las necesidades del paciente y el estado de salud de su boca. Un tratamiento realizado sin una buena planificación o hecho por un profesional con poca formación no durará tanto tiempo como debería.

¿Qué podemos hacer en casa para que los implantes duren más?

Antes del tratamiento tenemos que cuidar al máximo la salud de la boca para llevarla sin inflamaciones ni infecciones. Durante el tratamiento hay que seguir a pies juntillas las recomendaciones y pautas proporcionadas por el dentista, especialmente a lo referente con la máxima higiene y abandonar o reducir al máximo el tabaco.

Una vez realizado el tratamiento llega la tarea en casa: cuidar el tratamiento asistiendo periódicamente a las revisiones con el dentista para que compruebe la intensidad y calidad de la mordida en ese implante, ver si hay desperfectos, desplazamientos, revisar los dientes vecinos y antagonistas del implante, etc. y, cómo no, seguir manteniendo unos buenos hábitos de higiene dental.