Hoy en día, todos estamos más concienciados con lo que ponemos en nuestro cuerpo, ya sean alimentos, prendas o productos de higiene sostenibles, orgánicos y lo menos dañino para nuestra salud, y esta preocupación también ha llegado hasta los tratamientos de los dentistas.

Cada vez son más los pacientes que se preocupan por saber los efectos sobre su bienestar, a corto y largo plazo, que tienen los implantes de titanio y los más recientes hechos con zirconio. Te contamos cuáles son esas diferencias:

Implantes dentales de titanio.

Este material lleva usándose más de 30 años tanto para implantes como en traumatología por su estupenda integración ósea y su alta biocompatibilidad, que viene dada por las propiedades de su óxido de superficie, su alta durabilidad y resistencia.

Además, este material tiene una baja conductividad térmica, por lo que no se produce sensibilidad dental.

Pero el titanio también tiene algunos inconvenientes, aunque no son muy comunes, como posibles reacciones alérgicas a el pequeño porcentaje de otros metales que posee el titanio, por lo que hay que ser muy cuidadoso a la hora de estudiar el historial alérgico del paciente.

Asimismo, los pacientes con enfermedades autoinmunes pueden sufrir inflamación o irritación de las encías por los iones que libera este metal y, finalmente, en algunos casos el metal oscuro del implante se puede ver a través de las encías si son finas, desluciendo la estética de la sonrisa.

Implantes dentales de zirconio

Una de las principales ventajas del uso de este material, es que su color es muy parecido al de los dientes naturales, quedando muy disimilado y natural a la vista y evitando la decoloración de las encías.

Por otra parte, este material resiste mejor a la corrosión que el titanio a lo que hay que sumar que el zirconio acumula menos placa y produce menos infecciones que el otro metal en juego. Además, el riesgo de reacción alérgica es muy inferior al del titanio, siendo más seguro para los pacientes alérgicos a metales.

En su contra juega su escasa versatilidad, limitando sus opciones de uso en para tratamientos complicados y también es un material mucho más frágil en comparación al titanio, con una menor resistencia a la fractura, por lo que puede suponer complicaciones en un futuro.

Teniendo estos datos en mente, hay que destacar que el éxito de los implantes de titanio es de más del 90%, pero todavía no hay un estudio similar que nos muestre este tipo de dato para los de zirconio. Eso sí, a la hora de elegir, es importante que tu dentista te explique todas las posibilidades, pros y contras del uso de ambos materiales y que le comuniques tus alergias o enfermedades que puedan interferir con este tipo de procedimientos. Así, se podrá escoger la mejor opción realizando un trabajo conjunto doctor-paciente.