La importancia de unas encías sanas

Muchos de nosotros nos somos conscientes de la importancia de unas encías sanas. Tenerlas en mal estado puede terminar por afectar a otras partes de nuestro organismo. Una boca sana es mucho más que una sonrisa bonita, también nos ayuda a prevenir otras enfermedades que, a priori, parecen poco relacionadas con nuestra boca.

Las encías inflamadas y que sangran, no solo afean nuestra sonrisa, son síntoma de la enfermedad periodontal. Las encías sanas presentan un tono rosado. Cuando la placa dental se acumula en estas y no se eliminan con el cepillado, provocan que la encía se inflame, sangre y se retraiga, cosa que lleva a la aparición de espacios interdentales. En los casos más severos, incluso se puede llegar a perder piezas dentales.

Otras señales que nos indican que tenemos problemas en las encías son el aumento de la sensibilidad al frío, la aparición de mal aliento, la acumulación de comida entre las piezas dentales, la pérdida de dientes, notar que visualmente tenemos los dientes largos y la movilidad o el cambio en la posición de los dientes.

El primer paso para mantener unas encías sanas es uno que nunca nos cansaremos de repetir: mantener una buena higiene bucal. Es importante tener una buena técnica de cepillado y hacerlo tras cada comida, así como el usa de enjuagues e hilo dental.

El segundo paso es mantener una dieta equilibrada baja en azúcares, un consumo de alcohol muy moderado, no fumar e ingerir alimentos que contengan vitamina C, puesto que su déficit puede llevar a la aparición de gingivitis.

Y el último paso, que no por ser el último es el menos importante, es visitar regularmente tu clínica dental, sobretodo si notas alguno de los cambios que te hemos descrito en tus encías. Incluso teniendo unas encías sanas hay que acudir a las revisiones, puesto que es el único modo de prevenir posibles enfermedades y de confirmar que todo funciona como toca.