Muchas personas reconocen tener miedo a ir al dentista, en un grado mayor o menor, que les hace posponer las revisiones, lo que a veces supone que un problema oral menor, se agrave, con lo cual la intervención debe ser mayor y esto confirma el miedo anterior, con lo que se entra en un círculo vicioso del que cuesta escapar.
¿A qué se debe este miedo?
En algunas ocasiones, el miedo al dentista viene provocado por una experiencia desagradable que desencadena esta reacción a modo de protección. Sin embargo, en la mayoría de los casos se desconoce el origen y se trata de un miedo irracional.
Cuando este miedo es tan grande que incluso afecta a la salud de las personas que lo padecen porque incluso evitan acudir aun sabiendo que tienen algún problema en dientes o encías, este miedo debería ser tratado por un profesional de la salud mental especializado en ansiedad y fobias para superarlo.
En otros casos, más que miedo, aquello que hace posponer la visita al dentista a algunas personas es la vergüenza: por tener una dentadura desarreglada, para no oír que sus problemas se deben a una higiene deficiente, por halitosis, etc. Estas personas deben recordar que el dentista está ahí para ayudarte y, como profesional, no te juzgará, sino que te orientará en las dudas que tengas y te dará los mejores consejos para tu caso particular.
¿Cómo se puede superar?
En primer lugar, la persona que padece este miedo debe reconocer que se trata de un problema y debe querer superarlo.
A continuación, te damos algunas claves para superar este miedo:
-Pide a personas cercanas recomendaciones y que te cuenten experiencias positivas de clínicas o dentistas en los que se sientan a gusto y en los que confíen.
-Visita la clínica antes de pedir cita para ver personalmente el ambiente y habla con el personal para comentarles tu situación y que la tengan en cuenta. No te preocupes, es un miedo bastante común.
-Intenta escoger una cita a primera hora y llega a ella puntual, sin demasiada antelación para evitar esperas innecesarias.
-Antes de que te atiendan, practica ejercicios de relajación a través de la respiración para mantenerte en calma. Puedes escuchar música en tus auriculares si esto te ayuda.
-Es muy recomendable que esta primera visita se haga para el diagnóstico o para algún tratamiento simple y breve.
-A algunas personas les ayuda saber de forma detallada en qué consiste la intervención, mientras que otras prefieren no saber nada. Sea cual sea tu caso, coméntalo.
-Pacta con el/la especialista alguna señal para descansar durante el tratamiento si los niveles de ansiedad se disparan.
-En casos muy graves puede recurrirse a la sedación, sobre todo en tratamientos complejos o largos. Si lo consideras necesario, pide que te informen sobre ello.
Recuerda: los miedos se superan, solo necesitas dar el primer paso para recuperar el control y mejorar tu salud bucal.
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