¿Sabias que los adultos no somos los únicos en padecer caries? Los niños pueden sufrirlas en sus dientes de leche y, cuando esto pasa, no hay que dejarlo pasar.
Existe la falsa creencia de que las caries en dientes de leche desaparecerán con la sustitución por el diente definitivo, así que no es necesario tratarlas, ¡pero nada más lejos de la realidad! No tratar estas caries puede tener muchas y muy dolorosas consecuencias, tanto para el niño como para la economía de los padres.
Las caries en los dientes de leche aparecen, al igual que en los adultos, por una mala higiene bucal y por una alimentación inadecuada. Las señales de su aparición son la decoloración de los dientes y la aparición de pequeños agujeros. De todas formas, aunque no haya ninguna señal, hay que llevar al pequeño al dentista al cumplir el año para que le hagan un buen examen bucal.
No tratar las caries en los dientes de leche puede hacer que la infección temporal del diente llegue a la raíz, donde creará una bolsa de pus que afectará al diente definitivo. Por lo tanto, lo que sería solo un empaste, acabará en una endodoncia o en la extracción del diente, así como en una posible malformación, mancha o lesión secundaria en el diente definitivo. Además, las caries influyen en la alimentación porque, al sentir dolor, el pequeño puede decidir no comer y también tendrá una mala masticación.
Así, las caries en los dientes de leche pueden aparecer desde el primer instante en que los dientes empiezan a salir. Para evitarlas hay que realizar una buena limpieza y evitar el abuso de dulces, bebidas azucaradas como refrescos o zumos y el comer en exceso harinas como pan, pizzas o pasta, que también son azúcares.
Por otra parte, en cuanto la higiene, desde que nacen hay que pasar por las encías una gasa humedecida o un dedal de silicona después de cada toma y, desde que sale el primer diente debemos cepillar con a penas un grano de pasta dental fluorada, aumentando un poco la cantidad a partir de los 3 años, momento en el que ya usaremos un cepillo de cabezal pequeño y suave tras cada comida. Y, por supuesto, hay que acudir a todas las revisiones con el dentista.
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